El sábado 25 de abril visitamos por primera vez este paraíso aragüeño. En realidad, me habían dicho que era un espectáculo, que valía la pena el viaje, que fuera a "Los Roques de Aragua", pero no era el momento adecuado y el precio que me ofrecían los lancheros desde Cata, me parecía excesivamente CARO.
Total que salimos de madrugada, a eso de las 5 y media de la mañana y como el tráfico era casi nulo, llegamos en poco tiempo a Ocumare.
Allá estacioné el carro frente a una licorería para equipar la cava con agua, refrescos, jugos y el hielo. Comencé a indagar, a encuestar a los que pasaban por el sitio. ¿De dónde salgo? ¿Cuánto cuesta el viaje en lancha? ¿Hay servicio de restaurant? ¿Alquilan toldos y sillas? Pues, casi nadie supo responderme de manera satisfactoria. Igual, ya llevaba mentalizado que iba a La Ciénaga. No presté mucha atención al desconocimiento. Compramos chucherías, pan rebanado, jamón, entre otras cosas, por si acaso.
Rodamos hasta La Boca, y allí me aborda un chamo, ofreciéndome el viaje. Al principio me dijo 200bsf, pero logré una rebaja, cancelé 180bsf.
Y ahora les cuento que ¡SÍ!, vale la pena, hay restaurant (comida divina y precio justo), alquilan sillas, toldos, "tumbonas", ofrecen paseos por los alrededores, o sea, todo chévere.
Este paseo ha sido uno de los mejores de los mucho que he realizado. Me sirvió para relajarme, reflexionar, conocer nuevas personas, sorprenderme ante tanta belleza, respirar tranquilidad y reafirmar mi orgullo por haber nacido en la Patria de Bolívar.
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